Me tiemblan los pies a su lado...

Quizá y sólo quizá, se me haya ido la olla ya completamente... Pero eh, yo sólo quería decir que le quiero y que aunque no pueda describirlo, al menos voy a intentar que resulte algo coherente. No sabéis lo que se siente cuando llega y, de repente, los problemas desaparezcan o que, al menos, se vuelvan pequeños durante ese momento.
Cuándo llega, la cantidad de sonrisas es proporcional al número de veces que me mira y de repente pienso:

 '¡Joder! Soy feliz sólo con que esté aquí, a mi lado'.

 Podría desperdiciar palabras, frases e incluso capítulos enteros hablando sobre lo increíble que es y, al final, se me harían cortos hasta los libros. 

Yo sólo quería decir que le quiero, aunque no pueda describirlo. 

Y es que, no se si me entendéis... 

¿Quién se conformaría con andar, teniendo la opción de poder volar?

Y creo, que el mundo es un poco menos malo porque existes.

Hoy me apetecía escribir. Llevo tanto tiempo sin dejar salir algún sueño que ya no se ni por dónde empezar...

Hoy, las cosas se han vuelto a torcer y todo parece mucho más malo sólo porque el sol se ha marchado antes de tiempo y me ha dejado recuerdos. Y últimamente recordar se ha convertido en una rutina, una muy odiosa. Quiero pasar ya no de página ni de capítulo, sino de libro entero. Quiero acabar de escribir cuentos y empezar a contaros historias. Quiero que los domingos sean menos tristes y que los sábados sean más bestias. Quiero reír por las cosas buenas y llorar... bueno, llorar dejarlo para más adelante. Quiero no sentirme segura pero tener la certeza de que hay alguien que estará a mi lado. Quiero que se acabe ya toda la puta mezcla de cosas sin sentido que tengo en la cabeza. Quiero cambiar para mejor. Quiero ser mejor persona aunque se que me he llevado más que palos por ser así. 

Quiero vivir y dejar de sobrevivir. 

Quiero querer por poder y poder por querer.

Todos estamos en las alcantarillas, pero algunos miramos a las estrellas.

Hoy es uno de esos días. Es uno de esos días en los que no quiero oir nada...

 Ni siquiera quiero saber el puto tiempo que hace ahí fuera porque se que está lloviendo y las gotas caen una tras otra como si nosotros no estuviésemos aqui abajo calándonos. Tampoco quiero que nadie me diga que las cosas van bien cuando en realidad todo se está desmoronando dentro y fuera de mí. 

Hoy es uno de esos días, sí. 

Hoy es uno de esos días en los que habría preferido no levantarme y finjir que no me encuentro bien aunque sea la pura verdad. Ni siquiera quiero saber los días que faltan para que llegue el estúpido verano o por qué tienen que existir los lunes. No quiero salir a la calle si no va a haber nadie para acompañarme y empujarme hacia arriba cuando todos los demás me empujen hacia abajo. 

Ni siquiera quiero saber si está pensando en mí porque tengo miedo de que la respuesta sea un no rotundo. 

Hoy es uno de esos días en los que no me siento fuerte en absoluto... en los que comería hasta rebentar sin importarme las calorías o en los que gritaría hasta que me sangrasen los pulmones. Cogería la puerta y diría:

"¡Que os den por culo a todos!"

Y me iría a algún sitio en el que no pudieran encontrarme. Hoy diría la verdad aunque doliese y mentiría sin piedad. Hoy malgastaría mis ahorros y los invertiría en sueños, en sueños de verdad.

Hoy le abrazaría hasta que me doliesen los brazos, 

porque no me apetece hacer nada más...

Hoy, es uno de esos días.

Me fumaría hasta el último problema del planeta y me tatuaría todas las penas.

Hoy es inevitablemente uno de esos días.

Pero mañana, pase lo que pase, NO

Qué bueno tenerte.

No quiero un chico normal, no pido un prototipo, no prefiero los rubios. 

Quiero a alguien que no me asegure el futuro, que cada día lo viva como el primero, que no se vaya la ilusión como cuando un niño pequeño se queda sin reyes... no quiero un capricho. 

Quiero que me recuerde cuando huela mi perfume, que para él soy única; que pase lo suficiente de mí. 

No quiero regalos, quiero detalles. 

Que cada vez que me duerma mi cama huela a él.

No busco a un chico perfecto ni que me soporte siempre. 

Quiero noches locas, días en los que escaparnos los dos solos sin preocuparnos de lo que sucederá. 

Quiero aventura, pasión. No me gusta la rutina, no me gusta dar explicaciones.

Quiero vivir en un sueño, nuestro sueño. 

Quiero saber que lo tengo ahí en los momentos difíciles. Que solo me diga te quiero cuando lo sienta. 

Quiero a alguien que le guste la fiesta, pero que le haga falta estar conmigo. 

Quiero no sentirme segura, quiero tirarme a la piscina sin hacer planes. 

Me gustan los consejos, pero no que decidan lo que debo hacer. 

No siempre lo bueno es lo mejor. 

No siempre se odia lo malo. 

Las reglas están para saltárselas, no siempre se hace lo correcto, 

¿y qué? si no, la vida sería muy aburrida. Una simple rutina, sin locura. 

No quiero que renuncie a los amigos por mí, 

ni que sea su prioridad. 

Quiero tener algo por lo que luchar, 

algo por lo que alegrarme, algo por lo que llorar, una excusa para hincharme a galletas y helados. 

En definitiva, no busco lo que verdaderamente me haga feliz, 

no quiero llegar a la meta, no busco el final, no pienso en el mañana, 

porque más cerca está la noche.

Quizá puedan contigo o conmigo, pero no con nosotros.

 ¿A quién no le gusta? Dime, ¿a quién? 

Todo el mundo sabe que es mejor que cualquier droga, que cualquier chute de heroína o que cualquier cigarro de después. Que es mejor que las maneras de Claudia Schiffer o los labios de Naomi Campbell. Mejor aún que el olor a hierba recién cortada en una noche de verano o que una película de Clint Eastwood, pero una de las buenas. Mejor que el sonido de los pájaros cantando o mejor incluso que un orgasmo repentino. Mejor que un sábado noche, que un viernes por la tarde o un domingo por la mañana durmiendo hasta las tantas. Mejor que el olor a tostadas recién hechas o el tacto de las sábanas recién cambiadas. Mejor aún que la sensación que sientes por dentro cuando estás a punto de hablar delante de un montón de gente. Mejor que los excesos de Jim Morrison o las letras de los Beatles. Mejor que un baile de Michael Jackson y mejor que esos tontos saludos a ninguna parte cuando nos confundimos de persona por la calle. Mejor incluso que algunos días de vacaciones o un desayuno en la cama. 

Y, joder… mejor que todo el dinero del mundo, mejor que un rayo de sol en la cara y 

mejor que la vida entera. 

¿A quién no le gusta?

 ¿A quién no le gusta la sensación de tocar fondo y tener a un mejor amigo ahí, para saber hacerte volver a la superficie? 

Dime, ¿a quién? 

A nadie.

 Porque eso, amigo mío, eso es mejor que nada.